Resumen
-Un mundo que solía ser de los humanos entro en conflicto cuando otras razas decidieron que querían ser las más destacadas. Comenzó una batalla sangrienta que, según la historia, duro más de 5 siglos, pero, quienes fueron los verdaderos causantes de esto no fueron los humanos, ni otra especie cualquiera, quienes iniciaron esto, fueron una de las de las dos grandes razas supremas, la raza demoniaca.
-Zakret Iblis y sus seguidores decidieron tomar control sobre las demás razas, siendo los demonios del color rojo más puro, sintieron el deseo de cambiar el balance. Él y sus siete demonios más poderosos, conocidos antiguamente como los siete pecados capitales, empezaron su cacería y dominio por todo el mundo, pero, frente a esta amenaza en común, las razas alrededor del mundo se unieron para enfrentarlos.
-Tras muchas pérdidas y con la ayuda de otros demonios que se habían encariñado con las demás razas, crearon siete emblemas que, a pesar de representar los siete pecados capitales, solo podrían ser portados por aquellos que fueran los seres más apartados de esos pecados. La soberbia, modesta y respetuosa. La ira, calma y en control de sí. La pereza, siempre activa y trabajando duro. La gula, que comparte y disfruta con los demás lo que consume. La lujuria, que es respetuosa con los demás y con su persona. La codicia, que entrega y comparte lo suyo. La envidia, que se valora y aprecia todo de su ser. Los elegidos combatieron juntos a los pecados y a Iblis hasta regresarlos a su lugar de origen, dando sus vidas para lograrlo. La batalla había terminado después de tanto tiempo, las razas empezaron a reconstruir el mundo y valorando la unión que tenían para cerrar todas esas heridas.
-Tras muchos años hubo paz, pero entonces, los demonios rojos comenzaron a causar desastres, junto a otros individuos que se sentían atraídos por su maldad y poder, exclamando el regreso de los pecados capitales y su amo y señor, el demonio más rojo que la sangre, Zakret Iblis. Llegó el momento de que los emblemas busquen nuevos portadores que presten su poder para neutralizar el mal que se aproxima, y posiblemente más fuerte que antes. Era la hora de una nueva generación, era el momento de los nuevos portadores, los siete guerreros del tabú.
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