MetaHack - El inicio
Respiración agitada y ojos apretados, aparecí de rodillas sobre el suelo casi naranja de una ciudad inmensa, en el medio de una avenida, con el rostro tapado por mis manos, lentamente despegando mis palmas de mi rostro mis ojos recibieron la luz de manera ruda.
El aire estaba seco y el viento levantaba moderadas cantidades de polvo a mi alrededor, mis ojos al regularse pudieron notar mejor en donde me encontraba, altos edificios frente a mi, pude notar todo bien iluminado por la luz del sol, aunque lucia abandonado, solo, como si no hubiera habitado nadie ahí en mucho tiempo.
Continúe viendo a mi alrededor notando que a mis espaldas había un desnivel inmenso que me permitía ver el resto de la ciudad desde lo alto, como si el terreno estuviera desnivelado.
Obviamente confundido, comenzando a sentir el corazón agitado, — hasta hace un segundo estaba sentado en mi escritorio escribiendo una historia mediocre que nadie leería, ahora estoy aquí? — trate de respirar hondo y pensar mejor lo que estaba pasando, la ciudad a mis espaldas lucia igual o peor que los edificios frente a mi, edificaciones de lado, oscuros callejones y sin un solo rastro de vida.
– A lo mejor me quede dormido.
Viendo mis manos sucias por la arena trate de que la situación se convirtiera en un sueño lucido, como cuando estas consiente dentro de un sueño y comienzas a hacer locuras, como volar o cualquier otra cosa extraña, pero no, nada paso.
– Bueno…
Susurre para mi no atreviéndome a alzar la voz al ver la condición del lugar, quizá por el shock de lo que estaba pasando no me atrevía a hacer nada mas.
Movía los ojos de un lado a otro tratando de entender y fue cuando mi mirada se topo, por desgracia para mi, con algo peculiarmente conocido.
Dudoso me moví mas próximo a ello, era imposible no notarlo, una inmensa criatura de metal similar a un miriápodo, algo similar a la figura de un ciempiés, solo que con el torso de un humano, recostado sobre un edificio, o mas bien “sentado” usando la edificación como respaldar, como su hubiera sido empujado por una fuerza descomunal, le faltaba la mitad de la parte inferior de su cuerpo de ciempiés, los tonos metálicos color plata relumbrantes aun seguían ahí.
Y solo me quede ahí, viendo hacia arriba como un imbécil, pasando saliva lentamente se iba formando una idea en mi cabeza.
– Eso es un linker, y esto sobre lo que estoy es una plataforma rota…
Los linkers eran equipo militar inventado por mi, en esas locas ensoñaciones, esas cosas que algún día te gustaría ver en un live action o quizá en un juego, o talvez en una animación, pero ahora lo estaba viendo en vivo y a todo color justo frente a mi… y no era algo bueno, el sueño lentamente se convertía en pesadilla.
Las plataformas son islas flotantes en forma de discos, piensa en una nube, silenciosa, inmensa, volando por ahí de manera cotidiana, en esta historia que yo había escrito se trataban de sitios de vivienda, que, por cierto, habían sido todas derribadas por una peste que yo mismo había inventado.
Una sonrisa descarada me lleno el rostro.
– Ja… a ver, no…
veía divertido en todas direcciones.
– No no no, esto es demasiado real, no puede ser, si claro, desperté de repente en la historia que escribí, así, de la nada, ahora que? va a aparecer una plaga a partirme el culo y volverme uno de sus nidos deformes…
– Ay no, maldita sea
Dije con una sonrisa de desesperación y los ojos mas apretados que nunca, agitando la cabeza de un lado a otro sin entender nada, antes de abrir los ojos y voltear la cabeza lentamente hacia el linker, detrás de la figura humanoide, en la parte superior del monstruo metálico, justo sobre sus hombros, algo se asomaba, algo inhumano, de ojos blancos, con una gruesa tela blanca sobre sus pupilas, piel pálida y fauces llenas de dientes en forma de agujas, babeante, con hambre.
Mis pies actuaron solos, ya me sabia muerto, esto no podía ser, la sonrisa había desaparecido y en su lugar unos ojos bien abiertos y expresión pasmada tomo mi rostro, se me olvido hasta el nombre y sin saber como me encontré a mi mismo corriendo por mi vida entre los amplios corredores de la ciudad abandonada, sin ser especialmente atlético no paso mucho antes de cansarme, los pies no resistían, mucho menos mis pulmones, avance, quizá por la adrenalina unas 6 cuadras antes de iniciar a desfallecer, y la veloz carrera se convirtió en un leve trote hasta acabar en un patético montón de sudor y cansancio absoluto.
Jadeando voltee hacia atrás, viendo como la extraña criatura se acercaba tambaleante, con mirada perdida, alta y babeante, cuello extremadamente largo y extremidades en forma de pinchos igual de blancos que el resto de su cuerpo.
Forcé a mis pies a correr, mi mente estaba a mil por hora, mi corazón casi dolía de lo rápido que palpitaba tratando de enviar oxigeno al resto de mi estúpido e inútil cuerpo, pero fue en vano, mis piernas no servían y no paso mucho hasta finalmente llegar al final de la ruta.
Era una inmensa caída, recuerdas que te dije en donde estaba? en una plataforma? bueno, había llegado al borde de donde se había partido en dos, piensa en el titanic, cuando se partió a la mitad.
A mi mente solo paso un flash del desnivel que había visto antes, ahora ya sabia porque, la ciudad entera se había doblado, y justo, justo en este sitio se había roto, voltee hacia atrás, notando al ser desvanecido en el suelo, como si hubiera caído del cansancio también.
Vi la oportunidad de pasar a su lado, el camino era amplio, podría hacerlo, si, podría hacerlo, apreté los dientes casi corriendo a cuatro patas pase a su lado, cuando sentí como algo me apretaba el tobillo.
Había estirado su largo cuello y me había atrapado justo de esa parte, la sangre comenzó a humedecer mi pantalón, y pude notar los dientes en forma de aguja rozando mis huesos.
– AHHHHHHHHH!!!!!
Comencé a patear su cabeza con mi otra pierna, a dar golpes con mis puños, solo logrando hacerme más daño en el pie, al notarlo me detuve, había olvidado que estos seres secretaban una especie de sangre asida, al ser lastimados de cualquier sitio del cuerpo, por muy mínima que fuera la herida, maldije a mi yo del pasado gritando un sonoro.
– QUE IMBÉCIL!!!
Sacándome la camisa y la camisola las amarre a mis manos a modo de guantes, tomando las fauces del ser y tratando de abrirlos para liberarme, estaba a punto, a punto, tire con todas mis fuerzas casi logrando hacerle abrir la boca pero justo antes de sacar el pie la criatura parecía haber recibido algo de energía de mi sangre.
Apretó de nuevo y esta vez mas fuerte, agitando su cuello como un látigo, de manera violenta jalando mi cuerpo arrastrándolo por el suelo, levantándome unos centímetros sobre el mismo, azoto mi cuerpo contra un muro, mi cabeza reboto contra el muro, casi literalmente mi cerebro había rebotado dentro de mi cabeza.
Los oídos me silbaron y con el resto de mi cuerpo entumecido por el golpe, ya sabía lo que venía después, está cosa me haría su perra, o quizá su nido, quizá me comería y usaría mis estúpidos huesos como malditos mondadientes.
– Yo… Te hice, HIJO DE PUTAAAA!
comencé a gritar justo antes de comenzar a golpear su cabeza de nuevo, notando como lentamente soltaba mi tobillo y contraía su largo cuello hacia su cuerpo casi como un maldito resorte, ya mal herido, solo viendo a mi muerte acercarse, pude notar como la criatura se ponía en pie, lanzándose de manera atroz hacia mi desvalido cuerpo, justo antes de…
Despertar? Respiración agitada y ojos apretados, aparecí de rodillas sobre el suelo casi naranja de una ciudad inmensa, en el medio de una avenida, con el rostro tapado por mis manos, lentamente despegando mis palmas de mi rostro mis ojos recibieron la luz de manera ruda, y fue cuando lo entendí, esto era una maldita pesadilla.