MetaHack - El cuarto

Con los ojos desenfocados, lentamente pudo ver en donde se encontraba, una habitación polvosa y solitaria, sin muebles y con tablones horizontales en la única ventana a su derecha que dejaban pasar hilos de luz hacia el interior, el polvo del sitio era evidente gracias a los mismos, sin siquiera fuerzas para estornudar, Janos yacía recostado contra un muro, sentado contra el mismo usándolo de respaldar, y frente a el, un pequeño bulto que parecía estar en cuclillas abrazando sus rodillas.

Repentinamente, las luces del cuerpo del androide se iluminaron de manera leve, las franjas led que recorrían su cuerpo, parecían estar llenas con una especie de liquido casi pastoso de color celeste muy claro, y su cabeza, ahora alzada con vista en dirección a el, dejaban notar dos pequeños circulitos de color azul cielo que le veían, la boca era como una D invertida hacia abajo, del mismo color que sus ojos, iluminada de forma bastante mas tenue.

Los labios del chico estaban secos, aunque ya había recuperado la capacidad de moverse, las energías les faltaban demasiados, tanto como para solamente permitirle ver su mano, de la que procedía un pequeño cosquilleo gracioso pero agradable, al ver la palma de la misma, pudo ver como un metal de color aluminio, como una masa compuesta por diminutas pelotitas plateadas revolviéndose por el centro de la misma.

Quiso agradecer, pero el sueño era demasiado como para siquiera poder mover la boca, mucho menos para hablar

La androide, ahora agachando la cabeza de manera casi tímida, oculto so boca tras los brazos que estaban alrededor de sus rodillas, solamente dejando ver sus dos diminutos ojos

Afuera, se escuchaban estruendos y estallidos, de ves en cuando, causando dentro del cuarto leves vibraciones que lo sacudían todo, haciendo caer chorritos de polvo del techo

El muchacho estaba en paz, lo metálico que estaba sobre su mano y todo el cosquilleo que sentía por todo el cuerpo era debido a nano maquinas, diminutos robots que regeneraban y reparaban tejido dañado, siempre y cuando el huésped siguiera vivo, también tenían otra amplia gama de funciones, como la de inclusive regenerar cuerpos muertos, siempre y cuando al menos una parte de su cerebro no estuviera tan dañada, en esas ocasiones hacían regresar a la vida a los sujetos, únicamente al costo de perder la mayoría de sus recuerdos, básicamente solo sobrevivía tanto como quedara de sus cerebros y aun así, la mayoría de las veces simplemente se convertían en otras personas a causa de las reparaciones de las nano maquinas, por lo demás, sin habilidades muy buenas para la comunicación, por alguna razón, no eran muy buenas recreando cuerdas bucales.

– Esta tecnología es genial, lastima que… mate a su creador y ahora nadie sabe como reprogramarlas para uso bélico.

Nuevamente, viendo hacia su mano continuo.

– Seguramente serian muy útiles contra las pestes.

La androide, sin prestarle mucha atención, lentamente se deslizaba sigilosamente hacia la ventana tapada por los tablones tratando de ver hacia afuera.

En ese momento el comenzó a pensar…

– En este mundo existe mucha tecnología muy asombrosa – llevando una cansada mano hacia su rostro continuo- el asunto es como llegar hasta ella… si llego a morir de nuevo, no se en donde reapareceré- se le vino a la mente la criatura que le había aplastado el torso- no quiero estar ahí de nuevo-

Por algún motivo la situación le parecía divertida, una pequeña y dolorosa risita mesclada con tos se le escapo levemente, hasta que entonces.

La androide estaba frente a el, tapándole la boca con una mano, y haciendo un gesto de silencio con el dedo de la otra frente a su boca.

Pisadas se sintieron, algo gigantesco, se aproximaba.

Pum, Pum, Pum, PUM, PUM, con cada segundo que pasaba los temblores se agudizaban, hasta que finalmente, de manera casual algo pareció posar su descomunal brazo sobre el edificio en el que se encontraban, a la vez que un gigantesco ojo se asomaba tapando por completo la abertura de la ventana, revelando una descomunal pupila muy extraña, similar a la de una langosta, viendo a través de las diminutas rendijas entre los tablones.

No me había dado cuenta, pero para ese momento, la androide había dejado de hacer el gesto de silencio con su mano y en su lugar, había extendido su brazo en dirección a la ventana, la muñeca de la misma se había dislocado en su lugar formando una especie de proyector.

Desde nuestro de punto de vista, el ojo de una descomunal criatura se asomaba justo frente a nosotros, desde el punto de vista del ser, una aburrida, vacía habitación polvosa y gris se presentaba frente a el, pasados varios minutos y tras no notar cambios, el juggernaut abandono el sitio, haciendo el mismo estruendo que antes, hasta que finalmente el sonido ceso y el suelo dejo de temblar.

El androide por alguna razón parecía no poder hablar, aun así sus gentos y manierismos hacían saber de manera muy clara lo que quería… de repente, deslizo sus brazos bajos mis rodillas, cargando mi cuerpo hasta otra habitación, bastante mas pequeña, como un closet, solo que sin ventanas

Este cuerpo, y este mundo, funcionaban de manera diferente, si bien la tecnología era asombrosa, también se había expandido mucho mas allá de eso, las “ordenes de trabajo” o códigos universales, eran un conjunto de técnicas y símbolos que permitían a sus conocedores acceder al código fuente de la vida, como si esto fuera una especie de simulación y tuvieras acceso al panel de control, como programadores en una computadora, no era difícil, solo que, había que saber hacerlo

– Es muy bueno poder recordar cosas importantes – expreso el chico justo antes de soltar una leve sonrisa y un leve suspiro de satisfacción