Norami
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Reemplazo - Capitulo 0

  1. Inicio
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Prólogo

Parte 1

Cero, uno, dos, tres, cuarto, cinco, seis, siete, ocho, nueve… cien. Naturalmente estos números son lo que un ser humano puede aguantar estando en vida ya sea segundos, minutos, horas, meses o años siendo muy pocas las excepciones que pueden rebasar ese limitador.

Pero de ser capaces de superar lo que nos impide llegar más lejos. ¿Acaso automáticamente nos volvería especiales?

De ser posible. Si un sujeto común logra hacer lo inimaginable por cuenta propia y llegará a romper esa barrera que le impedía superarse, para luego contarle lo mismo que tuvo que hacer su amigo para que esté logré hacer lo mismo sin tener el mismo resultado.

¿A qué se debió eso? ¿Falta de esfuerzo? ¿De interés? ¿No seguir tal como se le planteó? O simplemente tal vez no es capaz de hacerlo.

Un enigma que se sigue haciendo ese sujeto por mucho tiempo. Hasta que después de pensar la razón, se dio cuenta de algo lógico que podía responder la primera pregunta que se hizo hace unos párrafos atrás.

Su amigo tenía razón, es posible romper esa barrera, pero los métodos varían según la persona que lo quiera lograr viéndose billones de posibles formas que podría realizar cada persona, que iría variando entre lo más sencillo hasta lo más complicado. Pero si quiera lograr esa hazaña, debería de intentar conocerse más a ti mismo para darse cuenta que es lo que le impide lograr su objetivo ya preestablecido.

Después de mucho pensarlo y analizarse a si mismo. Llegó a la conclusión de que si es posible romper la barrera invisible, pero a la vez logro pisar la realidad. No todos pueden hacerlo ya que existe sus excepciones que incluso por mucho que lo intenten, nunca lo lograrán por mucho que supliquen a Dios de lograrlo por los grandes limitadores que tenían.

Posiblemente de hacerse pública esa información que redacto por mucho tiempo de su vida, conociendo la mente humana, en lo único en el que se le terminaría dando uso, sería en fines de guerra para que de esa forma se pueda hacer presente la superioridad que tendrían unos a los otros como en nuestro día a día. Por eso, sabiendo las consecuencias que eso causaría, mando al diablo todo su logro al ser consciente que podría pasar si llegara a las manos de personas ambiciosas y sedientas de poder.

Uno por uno se fue perdiendo toda la información de este mundo para evitar que vidas inocentes se pierdan por culpa de la mentalidad humana.

¿Hizo lo correcto?

A ojos de unos dirán que hizo lo correcto al ser cuidadoso, pero a la mirada de otros se le catalogaría como un traidor por no dar esa información a su país como patriota.

Ambas respuestas son correctas según la mentalidad que tenga cada persona dependiendo la visión que se tenga de las cosas, como ejemplos el caso de los que creen que los humanos son superiores a los animales y los que creen son iguales a ellos.

Eso es parte de la historia de la humanidad que se han ido pasaron de generación por generación, añadiendo y modificando algunos hechos de los que en verdad sucedieron para que de esa forma sus descendientes crean la información engañosa que les heredaron.

Las personas que buscan la verdad, naturalmente son eliminadas o silenciadas para no causar confusión a los otros que ignoran lo que en verdad sucedió, sucede o sucederá siendo tratado como ganado por los que saben la verdadera verdad de las cosas.

¿Entonces todo lo que vivimos es una mentira que nos dijeron y enseñaron?

La respuesta es un sí y no. Dependiendo que si en verdad quieres saber la verdad, o prefieres seguir viviendo engañado siguiendo creyendo que lo que vives es tu verdadera realidad y la verdad absoluta solo porque un libro antiguo lo dice.

Un ejemplo de ello es que historia es una de las cosas más fáciles de manipular a su antojo por aquellos que deciden escribirlo o contarlo cambiando, omitiendo o distorsionarlo para hacer creer a los que no lo saben si al menos eso es lo que en verdad sucedió.

Pero… que creen que sucedería si se realizará un minúsculo cambió en la historia de la humanidad para realizar el efecto mariposa, ¿Eso acaso nos afectaría a nosotros?, o simplemente los nuevos otros yo que acaban de aparecer lo tomarían como su realidad.

Que creen que pasaría si salieran de casa para dar un paseo y de la nada apareciera una persona completamente idénticas a ustedes, no solo físicamente, sino que también mental y psicológicamente seamos idénticos como si fuera una copia de nosotros mismos, siendo su única palabra que nos diría que es de otra línea alterna a la nuestra en dónde todo lo que conocemos jamás existió y que sucedieron unas completamente distintas.

Lo que podría pasar en ese caso serían creerle que dice la verdad y pensar que los viajes a través de líneas temporales son posible, o que simplemente lo ignoramos y lo tomemos como loco al decir tales cosas sin pruebas o sentido para la información que hemos ido aprendido hasta ese punto de nuestras vidas.

Pero si por alguna razón decidimos tomar la primera opción y tuviéramos la oportunidad de ir a su mundo. Al notar las grandes diferencias, nos pondríamos a dudar si nuestra realidad en verdad existe o si al menos todo lo que sabemos es verdad.

“Dime una cosa. ¿Te gustaría acompañarme a observar lo que sucede en un mundo que se parece al nuestro, pero a la vez es diferente a la que nosotros conocemos?”

De ser “sí” la respuesta que diste, por favor sigue leyendo esto en lo que voy reiniciando este ciclo por última vez para que puedas ser un espectador a lo que está a punto de suceder.

“Que me dirías si te dijera que los poderes existen en verdad, y que es posible obtenerlos en este mundo. ¿Interesante o aburrido?, para mí esto ya se me hace un tanto fastidioso saber lo que pasará por los tantos posibles finales que he visto, variando el desenlace según las importantes decisiones que tomen 『ellos』”

Ser un observador que puede interferir en el momento que quiera no es algo que me agrade, ya que eso fue parte de un trato que hace mucho tiempo realice. Ser un deus ex-machine que lo puede hacer todo para beneficiar al bando que apoyé vuelve las cosas muy predecibles.

Y si mejor dejo que todos hagan lo que quieren hasta que sea necesario mi presencia sin arriesgar el futuro que tengo que cuidar, sería una mejor opción para ver qué tan lejos pueden llegar al igual que lo hicieron en los otros tiempos.

“Casi lo olvido, mi nombre es ……”

Parte 2

Reiniciando el sistema operativo para realizar la acción de despertar del sueño para ir a la escuela, dentro de los próximos 10 segundos será el tiempo límite para hacerlo sólo, de lo contrario será forzado a despertar a la fuerza.

¿Ciencia ficción? ¿Voz femenina robotizada? ¿Reinicio del sistema operativo?. Porque diablos el día anterior me puse a ver esa película de robots para tener las respuestas del examen de tecnología, en lugar de ponerme a estudiar.

No, tan solo quiero saber que si estoy aún durmiendo o solamente estoy imaginando esto para no levantarme de pie de mi cómoda cama.

Que es este frío que siento de repente y la nada absoluta que esta empezando a llenar mi mente que debería de tener las respuestas, o al menos ser usada para crear una forma para hacer trampa para el examen que tengo hoy.

¿Eh? ¿Reinicio de nuevo?. No debí de beber esa gaseosa con pastillas de menta antes de irme a dormir, ya que puede ser que la espuma se haya expandido hasta llegar a mí cerebro y me está volviendo más estúpido de lo que soy.

Solo maldigo al gobierno si muero en estos momentos y quiero que borren mi historial de internet antes que me entierren.

— ¿D-donde estoy?— se le oyó decir a un chico desorientado de su paradero

El cuerpo de un joven adolescente había caído dentro del mar del océano en la oscuridad de la noche provocando que espuma blanca aparezca dónde cayo. Con la oscuridad del escenario, unas de las pocas cosas que iluminaban era la luna llena con su blanca luz, junto con los opacos colores de algunos peces daban algo de visibilidad alrededor de ese muchacho que se hundía en el fondo del mar.

Aquel chico de aparecía borrosa por el agua parecía incapaz de mover un solo dedo de su mano, pero aún se mantenía consciente de lo que estaba pasando aunque no pudiera ver al tener sus ojos cerrados. Lo único visible de él era lo que vestía que únicamente era un polo manga larga y pantalones blancos sueltos que se movían según la corriente del mar lo deseaban.

Pequeñas burbujas de aire salían de su boca perdiendo el oxígeno que tenía en los pulmones por cada segundo que pasaba dentro.

¿En verdad este sería mi final?

Si estoy por morir. ¿Por qué siento está tranquila paz dentro de mi ser? ¿No sé supone que la muerte es algo que muchos temen, pero yo solo lo veo como un descanso?

¿Por qué no le temo si soy como los otros?

[Hey, Ageru ¿Esto es solo el inicio de tu cambio?]

Esa voz le era familiar, y a la vez extraña como si hubiera conocido a la persona dueña de aquella voz en algún tiempo de su vida pero no lograba recordar de quién se trataba.

— ¿Cambio?— respondió chico dudoso de su repuesta

Confundido por no entender como es que podía oír y hablar con claridad bajo el agua, solo abriolo los ojos mientras que adentraba en un abismo marino para luego volver a cerrarlos como si aceptará ese destino.

[Ya está listo mi nueva pieza de juego en el tablero de este mundo. Tranquilo chico, no dejaré que nada te pase físicamente hasta que me dejes de ser útil]

Parte 3

La luz del sol estaba empezando a salir y reinar sobre la oscuridad que minutos antes era dueña del cielo, dando como inicio del nuevo ciclo de otra mañana en la cuál era el responsable de despertar algunas personas con sus rayos solares.

Entre todos ellos. Uno se había colado entre unas cerradas cortinas blancas, dentro de lo que parecía ser el cuarto de una persona, o mejor dicho de alguien joven que tenía algunos gustos “peculiares” por lo que poseía.

Era un cuarto algo grande pintado de un color azul claro en las paredes y el techo de un blanco algo manchado por el polvo que se había juntado en ese lugar. El cuarto estaba ocupada en su mayoría de algunos muebles en los más llamativos era una pequeña biblioteca llena de mangas, cómics, novelas ligeras, CD’S de juegos de consola de mesa en cada pilar y consolas tanto de tiempos modernos como algunas algo antiguas digna de un buen Friki Gamer Otaku moderado.

Cerca se le podía ver una Repisa puesta en la pared llena de figuras de acción coleccionables de algunos personajes de animes, series o personajes de juegos en su mayoría de personajes femeninos y uno que otro masculino.

Al lado estaba un escritorio que tenía una computadora con la pantalla estática, dentro tenía la imagen de una luna complemente oscura que lo rodeaba una pequeña luz blanca con algunas nubes poco visibles como si fueran neblina, debajo de aquella oscura luna estaba un espacio del océano que lo reflejaba con unas ondas de agua para darle mayor detalle.

En ese mismo escritorio habían muchos cuadernos, libros y hojas amontonados unas sobre otras haciendo casi imposible visualizar el teclado, ratón y monitor que parecía que el día anterior había hecho alguna investigación y lo dejo así antes de dormir.

Finalmente estaba una cama al costado de la ventana en dónde todo comenzó. Parecía que tenía un tamaño de plaza y media que era de madera con un colchón mediano de resortes de fierro, una frazada de un color gris que tenía la imagen de un tigre blanco para decorar.

En la parte de arriba de la cama se encontraba dos almohadas de funda blanca que se le podía apreciar algo percudida posiblemente producto del sudor. Dentro de la frazada de tigre se podía ver un bulto que parecía ser un cuerpo, por el tamaño que tenía se podía presumir que era de un adolescente que aún se encontraba dormido.

Ese era el cuarto del adolescente que estaba dormido en su cama siendo aún las 6:40 de la mañana. Ese silencioso cuarto era todo lo que se podía describir hasta el momento.

Pero todo no dura para siempre.

Repentinamente de la nada se empezó a escuchar una melodía que parecía que era de una canción, para ser más precisos, de una canción japonesa que no era de un opening, soundtrack o música original de ese país.

Para ser más precisos era de ending de un anime muy poco conocido en esta parte del mundo, era 「Anti-Clockwise」 de la banda After the rain.

De un segundo a otro, un teléfono móvil cabía caído fuera de la cama produciendo la canción siendo está la causante de producir la música en el silencioso cuarto.

Rápidamente toda la frazada se levantó en el aire como si fuera una pluma desplomándose lentamente hacia el colchón, en lo que se escuchaba como alguien salía de la cama y había tocado el suelo con apuro.

En el momento en la que la frazada tocó la colcha de la cama. Había alguien de cuclillas sobre el suelo que le daba la espalda a su cómoda y acogedora cama por revisar si su preciado celular se había hecho un rasguño.

— Mierda, no controle mi fuerza y se me cayó de la cama.— con tono nervioso y reflejando en sus rostro lo intrigado estaba, se intentó calmar para ver que si celular tenía un raspón producto de la caída— dime qué estás bien.

Por el tamaño y el tono de voz que tenía, sumándole las cosas que tiene en su cuarto se podía asegurar de manera certera que era un adolescente no mayor a los 16 años, o que al menos aún no superaba el tercer año de nivel secundaria.

Ese chico llevaba puesto una piyama de delfín que reforzaba más el hecho que aún no dejaba de ser un niño, pero estaba en camino a dejarlo, sin embargó parecía que ese no era el caso por lo que estaba por hacer.

Poniéndose de pie se dio cuenta que nada le hacía pasado a su 『razón de vivir』 provocando que como apto posterior, se lance a la cama de manera relajante mirando plenamente la pantalla de su móvil.

Únicamente lo que hizo primero fue ver la hora y al notar que aún era temprano, mira para ambos lados en especial en la entraba de su puerta para verificar que nadie lo interrumpirá en lo que estaba apunto de hacer. Con un brillo en los ojos trago saliva por el fap fap que estaba apunto de darse.

Había pasado al menos unas 10 horas desde la última vez que lo hizo y el lamento que realizaba después de acabar diciendo siempre que ese sería la última vez.

Buscando desde las pestañas guardadas del buscador de internet el vídeo que vio hace horas y continuarlo, se dio con la desilusión que había borrado todo cuando borro el historial de búsqueda.

Recordar todo lo que sufrió para buscar el nombre de ese anime +18 durante todo de lo que iba el mes provocó que cayera en decepción al no poder ahorcar el ganso cómo lo había previsto.

Incluso si lo intentará buscar en sus redes sociales para ver si había guardado esa publicación en dónde estaba el nombre, le llevaría un largo tiempo al no saber en qué página, grupo o perfil había sido en dónde lo encontró.

Aunque aún su titán de abajo se había puesto de pie, sentía que tenía que hacerlo de todas formas al ser ya una costumbre que lleva varios meses desde la primera vez que lo hizo.

De forma exagera e infantil se lamento de esa noticia tan importante para este.

— ¡Porque la vida es tan triste y lamentable contigo!— una fuerte depresión había aparecido en su rostro, y su voz se sentía exagero al momento de lamentarse— si lo único que hago es pasar los hentais y animes a los que me piden que descargue, y paso en las APK que quieren.

Al parecer no era únicamente un chico completamente pajero, sino que también era alguien que descargaba y pasaba contenido de manera ilegal siendo lo único bueno de esto era que no lucraba con el contenido. Pero de todas formas pirateaba el contenido de origen Asiático como su fuera algo normal.

Luego de un largo momento de frustración al no poder hacer su rutina diaria. Le dejo de importa, levantándose de su cama sin ningún problema alguno, dejó su celular junto con los cuadernos y libros amontonados en su escritorio.

Posteriormente se puso sus sandalias que estaban debajo de su cama y como si estuviera medio dormido, camino dónde se encontraba su armario.

Dando un liviano bostezó se propuso a sacar su uniforme que estaba colgado en un gancho y unas toallas blancas para presuntamente tomar un baño.

Solo se podía pensar que este era su rutina que tenía los días que tenía clases, pero en casi todas las veces siempre tomaba un baño el día anterior al no gustarle tomar los baños de día por el frío agua que salía a esas horas del día.

Toc toc toc toc

El sonido de la puerta siendo golpeada con poca fuerza se escuchaba en lo que el joven adolescente se estaba quitando su piyama de delfín.

Sin tomarle mucha atención al ruido que provocaban al otro lado de la puerta, prosiguió a seguir desnudándose en lo que ignoraba al sujeto con algo de incomodidad en su rostro.

— ¡Hey!. ¿Ageru ya estás despierto?, hijo voy a estar preparando el desayuno así que alístate para que te lleva al colegio.— era la voz de un adulto que estaba del otro lado de la puerta.

Ese sujeto era el padre del adolescente quien ahora sería conocido como Ageru.

Una contextura delgada y cuidada sin llegar al punto de pensar que hace algún tipo de ejercicio, de un color de cabello negro y ojos de un tono grises ligeramente oscuros, junto con un peinado un poco levantado siendo algo inusual, pero sin llegar al punto de llamar la atención de los que lo vieran.

Ese adolescente tenía una edad aproximada de 14 años de edad y estaba en pleno segundo año de nivel secundaria.

Puesta una toalla blanca que cubría sus partes íntimas y otra más grande que llevaba en su hombro izquierdo, se puso un par de sandalias cros y se dispuso a dirigirse a la puerta para volver a su rutina.

Ese chico conocido como Ageru se le veía algo apagado y a la vez un poco feliz, posiblemente por saber que había la probabilidad que apruebe el examen que tenía el día de hoy, o de lo contrario, tener un puntaje aceptable como el anterior que tuvo hace unas semanas.

Algo así podría pasar por la suerte que había tenido hasta el momento teniendo el puntaje suficiente para pasar el año, sin llegar a estar entre los mejores de su año estando en un nivel estándar.

En lo que salía de su cuarto, se apreciaba una escalera la cuál llevaba al primer piso junto con el sonido de como su papá estaba preparando el desayuno y la lonchera para su hora de receso.

Sin tomarle importancia a lo que estaba pasando en el piso de abajo, siguió su camino hacia su destino encontrando algunas fotos con cuadros con él de pequeño junto a sus padres los cuales se le venía muy unido a ellos. Pero a medida que iba avanzado, las fotos iban cambiando a tal punto que un nuevo miembro de esa familia acababa de aparecer siendo un recién nacido.

Se podía suponer que era el hermano menor de Ageru en el cual en las fotos cada vez se le veía más distante de su familia y en una de esas fotos dejo de aparecer la madre de ambos siendo el único presente el padre.

La última foto por el cual paso era de una actual con su padre que parecía estar joven y su hermano quien ya estaba en edad para estar en primaria. Por unos momentos miro esa última foto con algo de recelos, miraba la imagen de su hermano quien se le veía muy contento, algo que a él ahora mismo le faltaba.

Lo que él sentía por su hermano era meramente envidia al sentir que era más importante su bienestar, que la de él logrando a sentir que lo habían olvidado por completo y por esa razón solo se limitaba a escuchar cuando su papá le dijo que se levantará.

Lleno de disgusto y frustración reprimida se alejo de esa imagen en espera de que sea tiempo de independizarse para que los tres puedan deshacerse de la carga que sentía que era él mismo.

Antes de dejar de ver las fotos, una pequeña silueta se apareció delante suyo.

—  H-h-hola-a… A-Ageru.— con tartamudeo le dio un saludo al joven adolescente.

Esa voz infantil de un niño tembloroso y dudoso en hablar con algo de miedo en la pronunciación de las palabras le era muy reconocible a Ageru.

Su hermano menor que tanto envidiaba y fastidiaba ver todos los días.

— Mmm… ah, buenos días, Yami.— respondió Ageru con desinterés y desánimo.

El hermano menor de Ageru tenía la edad de 7 años y la razón por la cuál sus padres le tenían más atención que él, era porque no podía ver los colores pudiendo únicamente ver las cosas en blanco y negro, es una persona daltónica quien también sufría de tartamudeo.

Sabia muy bien lo que sufría su hermano menor y las atenciones que tenía que llevar, pero de todas formas envidiaba la gran atención que recibía dejándolo a él casi abandonado desde que Yami nació.

Su hermano menor lo miraba con una sonrisa inocente y con un fuerte brillo en sus ojos como si lo admirará, teniendo una aparecía adorable y tierna por la edad que tenía, y la forma optimista en la que miraba el mundo.

Sus pequeños ojos marrones que llegaban a parecer el color del chocolate más puro que podía existir, y su oscuro cabello de negro con corte hongo que le habían hecho la semana pasada.

Llevaba puesto su buzo escolar que consistía de un pantaloncillo de un color azul marino, un polo manga corta blanca, un par de medias blancas y un par de tenis del mismo color.

Sonriendo de una manera tímida miro a su hermano mayor para regresarle el saludo.

— B-b-buenos d-días…— dijo Yami mientras sonreía

Se notaba que daba su mejor esfuerzo para intentar no tartamudear al mantener una conversación, pero Ageru en lugar de decirle algo positivo, en su lugar le dio un consejo de manera fría.

— Mm… Yami en serio debes pensar en las palabras antes de hablar, de lo contrario se empezarán a burlar de ti tus compañeros.— era lo que más apropiado que Ageru pensaba decirle a su hermano menor para ayudarlo y hacerlo sentir mal a la vez.

En lugar de tomarlo como una indirecta de burla a su condición, Yami lo tomo de buena manera el consejo de Ageru asintiendo y agradeciendo la ayuda que le dio, para luego irse a las escaleras e ir a la cocina junto con su padre.

Con un suspiro siguió caminando hasta llegar al baño, girar la chapa de la puerta con fuerza para luego cerrarla de forma bruta como si se tratase de un niño caprichoso; prendiendo la luz paso de un chico calmado a uno irritado y malhumorado en el momento que se quedó sólo en el baño. Paso unos segundos mirando a la puerta con indiferencia y con una fría voz murmuró — ¿Porqué tuviste que nacer, Yami?

Él seguía creyendo que todo lo que estaba pasando por ese momento era culpa de su hermano menor y solo suya, con el simple hecho de no aceptar la realidad de la decisión que tomo.

El baño en dónde estaba era uno mediano con un suelo llena de mayólicas blancas amarillentas, en las paredes era de mayólicas negras pegadas hasta llegar al límite del techo que estaban pintado de blanco para dar la impresión que estar más iluminado.

A su costado estaba un espejo que reflejaba la parte superior de su cuerpo delgado, debajo del espejo estaba un lavatorio algo grande que podía caber una mochila llena sin mucho problema la cuál.

Tenía una jabonera que en su interior estaba un jabón aromatizante color naranja que estaba a la mitad de su tamaño original.

A unos centímetros había un inodoro blanco junto con una cesta de papeles desechables con restos de residuos.

En lo que miraba su alrededor, un poco de dolor se hizo presente en su cabeza como si minúsculas descargas eléctricas hubieran aparecido de la nada en su cerebro, de seguro podría ser por la falta de sueño por la desvelada que tuvo el día anterior. En lo que se frotaba la cabeza, unas imágenes pasaron de manera rápida por su mente del sueño que tuvo antes de despertar y lo tenía algo confundido de lo que era, y el porque soñó eso.

— ¿Qué raro sueño fue ese? — pregunto al aire mientras que se miraba al espejo con fatiga mientras seguía con su duda — ¿quién era ese tipo?

Esas preguntas que se hizo a si mismo lo dejaron distraído por unos segundos hasta el al cabo de un rato se aburrió y dejo de darle importancia, para posteriormente entrar a la ducha, quitar las toallas y colocar las dos que tenía en un colgador que estaba afuera de ella.

Un poco tembloroso abrió la ducha y en el momento que las gotas de agua tocaron su desnudo cuerpo, dejo escapar un pequeño grito por lo frío que estaba dando como consecuencia un poco de escalofríos cuando las gotas se deslizaba por su espalda. Pasando un tiempo, su cuerpo ya se había acostumbrado por completo a la temperatura sin notar mucho el frío del agua.

Mientras se enjuagaba el cabello, recordó algo que iba a realizar en la noche con sus amigos después de la escuela aprovechando que había pedido permiso a sus padres una semana atrás. Con unas risas cambio su estado de ánimo a una más alegre para terminar de bañarse.

— Bueno que importa que pase ahora — Ageru estaba muy entusiasmado por lo que se vendría después de la escuela — después de todo me voy a divertir con mis buenos amigos en el internet de Ángel

Ese adolescente estaba esperando con ansias terminar sus clases para salir con sus amigos.

Habían reservado las mejores máquinas desde hace unos días para este momento y vencer al equipo dinamita maravilla buena onda escuadrón alfa lobo, y si ganamos festejaremos comprando los juegos que estaban en oferta.

Ageru estaba muy emocionado por lo que iba a pasar en la noche y las buenas risas que se iban a sacar cuando empiece su enfrentamiento con los trolleos, fake y pendejadas que iban a realizar como forma de pasar buenos momentos.

Terminando de cerrando la ducha, con una animada sonrisa cogió las toallas y empezó a secarse su cuerpo en lo que tarareaba 「LEO」 como forma de pasar el rato sin aburrirse. Cuando terminó de secarse el cuerpo, colocándose una toalla en la entrepierna para cubrir sus partes nobles y el otro en su cabello, salió de lo más relajado del baño para su cuarto y ponerse su uniforme escolar.

Ya alistado de manera presentable. Alistó sus libros, cuadernos y hojas de información dentro de un folder para posteriormente ponerlo todo en una mochila negra con algunos bordes azules. Poniéndose lo en la espalda, salió del cuarto y bajo las escaleras con apuro pensando en lo que haría en todo el día hasta ese momento.

Tenía dentro de su mochila una consola portátil junto con algunos juegos, su fiel batería portátil y su cable USB para cargar sus juguetes eléctricos.

Llegando a la cocina lo estaban esperando sentados en una mesa su hermano menor, Yami, y junto a él estaba su padre que de forma afectiva le saludo y deseándole un buen día.

— Oh, buen día papá.— regreso el saludo Ageru quien sonriendo de forma infantil hizo notar el ánimo que tenía.

Ageru quien sonriendo de forma infantil hizo notar el ánimo que tenía.

Parte 4

El clima del ambiente era algo baja que tenías que abrígate si es que no quieras terminar con un resfriado, pero de forma tranquila Ageru no le importaba o le tomaba importancia ya que estaba viajando dentro de un auto/carro junto con su hermano menor y padre.

Su padre se encontraba conduciendo sin dejar de mirar al frente por la seguridad de sus hijos, en el copiloto se encontraba su hermano menor, Yami, quien miraba con asombro las calles, y en el asiento de atrás estaba Ageru quien con algo de aburrimiento miraba de mala manera a su papá por el retrovisor.

Minutos antes que subieran al carro/auto. Yami había salido antes de todos y se había puesto en la puerta del copiloto esperando que su padre abriera las puertas, eso fastidió a su hermano mayor quien con molestia le reclamo ese acto a su padre, y como respuesta recibió — hoy puedes sentarte atrás hijo— que hizo que estén en esta situación los dos.

Su padre solo pudo responder a la mala cara que le daba su hijo con incomodidad que le estaba dando su primer hijo.

Viendo que había logrado que su padre se sintiera incómodo por la forma en la que lo estaba mirando, Ageru se consideró a si mismo como ganador ya que sabía que luego su padre lo iba a recompensar por dejar a su hermano ir adelante.

Cambiando su mala cara a una desinteresada y sin ganas de hacer algo ese día. Miro por la ventana algo aburrido recordando que era un fastidió que su padre lo llevará al colegio porque siempre lo malinterpretaban como si fuera su otro familiar.

La apariencia de su padre era algo juvenil que lo hacía parecer menor de 25 años y eso se debía a qué el nació cuando él aún era un estudiante de secundaria. Pero con su hermano menor no había ese problema ya que si parecía que era su papá.

Eso le hizo recordar a la curiosa forma en la que sus padres se conocieron según el relato que le contó su padre un tiempo atrás cuando le pregunto.

A su padre en la edad de 14 años le gustaba ir a fiestas que sus amigo tenían, entre ellos habían universitarios que casi siempre lo dejaban ir con la condición que mintiera con su edad que tenía haciéndose pasar por una persona mayor de estatura pequeña para ir y beber.

Entre una de esas fiestas en su época de vacaciones de medio año, se encontró con la madre de ambos hermanos que era su mayor por 11 años que por la apariencia poca agraciada, se podía decir que fue obligada a ir a esa fiesta por una reunión de la empresa que trabajaba.

Este ya se encontraba algo ebrio, pero podía aún conservar su razonamiento y ser consciente de las acciones que tomaba. Por cosas que pasaron en esa fiesta, ambos terminaron entablando una conversación, siendo ella quien no se abría fácilmente a las personas llegando a ser alguien reservada.

Al finalizar esa noche, descubrió que había sido medio de una apuesta por los compañeros de trabajo de aquella mujer quiénes apostaron que ese chico no se acostaría con ella en un mes.

Esa noticia solo le molesto en un inicio, pero luego de hablar con quien apostó a su favor, vio que era una buena forma de ganar dinero fácil. Con la ayuda de este hombre se le hizo más fácil el trabajo de encontrarla en fiestas, ya que su empresa era una reciente que estaba teniendo mucho éxito, era creíble que sus trabajadores pararan de fiesta en fiesta.

Aprovechando que sus padres le daban permiso en salir las veces que él quisiera, logro ir a todas las fiestas en la que ella iría y poco a poco saber cómo era que ella se comportaba para saber que tácticas tendría que usar para enamorarla.

Una rata de biblioteca, era la conclusión que sacó de ella y el estereotipo que encajaba más con su comportamiento. Sentía que al ser un alumno prometedor en su escuela, eso le podría dar una gran posibilidad de seducirla, pero casi siempre era rechazado de manera directa, indirecta o cortante sin muestra de piedad.

Pasando la mitad del tiempo del límite de la apuesta, intento otra táctica una noche de ser un simple espectador de la fiesta para ver porque no caía. Incluso siendo una rata de biblioteca, debió de sucumbir desde la primera semana, a no ser que ella ya tenga pareja y le es fiel de voto.

Nah, era imposible que una mujer como ella tuviera uno, ni siquiera en su época de colegiala tuvo uno por lo reservada y solitaria que es. Y tal vez aún sigue siendo una flor que aún no a sido manchada por la miel de la abeja.

En lo que se perdía en sus pensamientos. Un pequeño escándalo, o mejor dicho, un sonido de festejo llamo la atención de todos los de la fiesta mirando de manera fija a una mujer, con la que intentaba acostarse.

Ella cuando llego, se acomodo cerca a una mesa y saco su laptop para terminar el trabajo que le habían encargado hacer y en el momento que terminó, había olvidado que estaba en una fiesta y dijo con fuerza “por fin terminé” llamando la atención de todos.

Está era una oportunidad de oro la cuál no podía dejar pasar. Poniéndose de pie para intentar protegerla, antes de decir una sola palabra, la mujer se había ido avergonzado del lugar con sus cosas dejándolo a él parado como un tonto.

Este solo se avergonzó porque ahora todas las miradas se fueron dónde estaba él y aplicando una legendaria técnica, huyó del lugar como si se tratase de un niño escapando de sus problemas.

Todos se quedaron pensado en lo que acababa de pasar y empezaron a especular cosas sobre los dos, con eso tal vez podrían molestar a su compañera el día siguiente con que estaba saliendo con ese 「hombre」.

Sin perder tiempo y aprovechando la oportunidad que sacó en ese momento, podría intentar acercarse a ella. Solo era hacer parecer que se encontraron por casualidad, y que esta no lo como un acosador que la siguió y le meta una denuncia de alejamiento.

Bueno, en otros casos le daría una orden de alejamiento o algo peor, la ley estaría a su favor ya que sigue siendo un menor de edad, incluso si eso pasará, había formas en la que se saliera con la suya.

En lo que se perdía en sus pensamientos, había llegado a un parque en dónde su objetivo estaba en alguna parte dentro de ahí. Estaba sobrio lo que haría que sea una sospecha que lo había seguido, pero podría hacer que pareciera un coincidencia si es que usaba bien los sucesos para confundir a esa rata de biblioteca.

Sacando su teléfono del bolsillo para hacer parecer que estaba en una llamada mientras caminaba, observaba de reojo en dónde podía ir para encontrarla de forma conveniente sin levantar sospechas. Controlando y manipulando las palabras que decía tras el teléfono, camino hasta dar con ella sentada en una banca algo oscura.

Ver su imagen, hizo que olvidará temporalmente su plan cambiando su modo en la que le veía.

Como si fuera amor a primera vista confundiendo a esa mujer con otra persona completamente diferente a la que estudió por días.

Sus ojos llorosos e hinchados sin sus lentes junto a su despeinado y rizado cabello castaño que la hacían ver cómo si fuera alguien desprotegido, un sentimiento de protección surgió dentro de él al verla de ese estado toda avergonzada e indefensa.

— Que hermosa eres.— dijo el chico de manera instintiva olvidando por completo su actuación para contemplar su belleza en lo que su teléfono se le caía de sus manos.

Inconscientemente dejo escapar esas palabras que provocaron que ella note su presencia y reaccionará al verse observada por alguien desconocido.

El sentimiento de haber arruinado todo lo planeado, le llegó a la mente como si fuera una apuñalada a si mismo por dejarse llevar por su sentimiento y no pensar claramente.

En lo que este se repetía para si mismo la estupidez que acababa de hacer, ella solo se seco las lágrimas para posteriormente mostrar un cambio de expresión a una cortante y fría, pero de todas formas aún seguía habiendo un poco brillo en sus ojos.

— A qué viniste— dijo la mujer algo molesta en lo que se terminaba de limpiar su lágrimas — ¿A búrlate de mí como ellos lo hicieron?— su voz parecía que guardaba un poco de resentimiento en su tristeza — déjame sola, estúpido enano.

Esas palabras le hizo volver a tierra y recodar lo completamente obstinada que lograba ser esa mujer con las personas, pero a qué se refería con “como ellos lo hicieron”. En la fiesta nadie le dijo algo o siquiera dijeron algún comentario al respeto, a no ser que se refería a su época escolar, de ser así, tendría mucho sentido ya que en su salón maltrataba a uno de sus compañeros por cosas tan estúpidas e infantiles.

Terminando de analizar esa parte, cambio su forma de alguien preocupado a alguien fastidiado porque lo llamo enano.

— Si que eres una maleducado.— estaba muy irritado por qué lo llamarlo enano tenido ellos casi la misma altura — maldita rata de biblioteca.— sin medir sus palabras, le regreso el favor dándole un insulto.

Ambos se sentían completamente molestos con el otro por la forma en la que se refieren al otro. Uno porque le llamaron enano, y la otra porque le dijeron rata de biblioteca, pero posteriormente de esa molestia a su mente le vino unas imágenes de su pasado en la escuela.

Unos recuerdos dónde era fastidiada por ser diferente al resto y no estar dentro del estereotipo que debería seguir según su género. No le gustaba arreglarse para ver se atractiva antes de salir al colegio, o pretender que solo sirve como un imán para atraer a hombres que tienen las hormonas alborotadas.

Simplemente la discriminaban por ser diferente a lo demás volviéndose alguien que a pocos le importaría si algo le pasará, a tal punto que provocaron que por el rechazó que recibió en esos años, sienta un rechazó a cada persona que intentaré acercarse a ella como medio de defensa para no volver a salir lastimada.

Pero al ser llamada 「rata de biblioteca」, hizo que recordara todos los malos ratos que pasó en el infierno que vivió en secundaria, los miedos que tuvo que pasar y el tormento de aún no ser capaz de afrontar ese problema hizo que viera a ese chico como el representante de su pasado.

—¡Tú que vas a saber!— grito lo más fuerte que pudo aquella mujer como si estuviera enfrentando sus problemas por primera vez en muchos años.

¿Está alterada?. Ya no es la mujer que se limitaba a responder lo más corto posible a otras personas, por primera vez él veía una pizca de emoción de ella, sin embargo era una negativa.

Sin tener que pensarlo mucho ya supo que esa mujer tuvo problemas por ser una nerd en el pasado, un fastidió que tenga que lidiar con esta situación tan cliché que hizo que se replantee el porque estaba ahí, pero recordó que solo tenía que acostarse con ella y ganaría una buena cantidad de dinero.

Sin mostrar algún signo se afectó en sus palabras le respondió.

— Dime qué es broma lo que dices por favor.— el chico estaba cansado de ese complejo de inferioridad que tenía esa mujer.

Tenia que decirle que ese pequeño trauma era algo completamente normal y que solo tenia que superarlo, o acaso no era una adulta. En serio que cosa más molesta es escuchar el problema que una persona que no a podido afrontar los golpes de la vida.

Palabras frías y crueles pero necesarias para que sepa que ese problema no le importa en lo más mínimo a ese chico, quien solo se dio la vuelta y la dejo atrás en su tristeza de su pasado. Ya no le importaba relacionarse con una chica con esos problemas ya que no podía cargar con la carga que ella llevaba.

— Que tengas una buena noche — dando un despido, metió una mano en el bolsillo mientras que la otra la levantaba y la movía de un lado para otro como forma de despedida — ya me voy de aquí y te dejo sola con tus problemitas.— con indiferencia se alejaba de ella sin dar una mirada para atrás.

Sentía que ya se había quitado un peso de encima, pero le dolía perder esa cantidad de dinero por culpa de ella. Tal vez sea insensible, pero no estúpido para meterse a ese abismo sin salida.

Bueno, ahora no le quedaba de otra que irse a casa ya que no tiene el valor suficiente para volver a la fiesta después de salir de esa manera. Un desperdicio sin duda, o eso parecía.

Sintió como alguien le empujaba por detrás lo suficientemente fuerte para hacerlo caer y ocasionar que se de contra el suelo, sin duda ya tenía la idea de quién se trataba y lo molesto que sería el resto de la noche. Junto a ese empujé la voz de ella se oyó posteriormente.

— ¡Idiota!

Por el peso que ahora sentía en su espalda, se podía decir que ahora ella estaba sobre él y para agregar más a la incómoda situación, se le escuchaba jalear junto con un llanto que significaba que estaba llorando en lo que le daba pequeños golpes en su espalda.

Sin duda parecía una discusión de pareja en cualquier forma en la que lo miren.

Haciendo un movimiento rápido, se dio la vuelta sin que ella pueda salir lastimada para mostrarle su molestia sobre ese comportamiento tan infantil y mirarla a los ojos.

Aquella mujer al ver la acción que tomo ese chico, no dio vuelva atrás y le reprochó lo que él le dijo sin que midiera sus palabras echándole la culpa de todo por lo insensible que fue.

Sin duda, está chica necesitaba un tipo de ayuda psicológica para que pudiera superar esos traumas tan poco importantes.

— Y-ya quítate de mi encima.— dijo el chico quien se había ruborizado sin dejar de mostrarse fastidiado moviendo su mirada para un costado.

Ella no entendí la razón por la cuál ese tipo había hecho eso, pero a los segundos entendió al sentir como algo duro empezó a rozarle su entrepierna. No podía expresar el desagradó que le hacía sentir esa cosa, y más al ver que el otro había hecho esa reacción.

— Eres una escoria humana.— dijo la mujer con repudio mientras cogía al chico desde su camisa sacudiéndolo de un lado para el otro en lo que continuaba su reclamó — ¡Acaso eres un masoquista para excitarte por ser dominado por una mujer!

Este no dijo nada en lo que intentaba evitar verla a los ojos siguiendo por con su vergüenza, e intentar calmar a su enérgico amigo que le causó ese problema, pero sin los resultados que este esperaba.

Mientras más lo sacudían, mayor era la dificultad que tenía para que se calmará y se pusiera a dormir nuevamente. Levemente recordaba que no había jugado con su pequeño amigo desde hace un buen tiempo, y sumándole que el lívido se le estaba subiendo a la cabeza poco a poco, intentaba calmar su excitación para no cometer un error que en un futuro se podría arrepentir.

— ¡Ya cálmate de una vez! — aún sonrojado, grito lo más fuerte que pudo y detuvo las sacudidas que está le daba para poder sentarse — dime cuál es tu problema para que me estés colmando mi paciencia y mi autocontrol.

Ambos se miraban a los ojos con molestia por ver se a la cara por el gran problema que tenían con el otro.

El chico estaba sentado sujetando de los hombros a la mujer, y la mujer estaba sentada en su regazo mirándolo mientras estiraba sus mejillas lo más fuerte que podía llegando a parecer una pelea de niños.

Ninguno de los dos quería ceder en la posición que tenían a tal punto que olvidaron lo que estaban haciendo teniendo su máxima atención a lo que dijera el otro.

De un momento a otro, ambos estaban tras las rejas y con un guardia que los estaba vigilando del otro lado. Repasando lo que pasó hace media hora, su discusión llegó a tal extremo que tuvo que llegar una patrulla a callarlos, y ver en la posición que estaban mientras se gritaban, fueron llevados a una comisaría cercana por exhibicionistas al hacer algo así en un parque público.

Al preguntarles los hechos a los dos, ninguno lograba que pudieran salir por un malentendido y se quedarían por cinco días, o pagarán una fianza para salir antes.

La mujer únicamente se mostró furiosa con el chico porque por su culpa estaban ahí, y no traía el dinero suficiente para pagarlo. Por el lado del chico, tenía más que suficiente el dinero para liberar a los dos, pero al saber que le hicieron una prueba de alcohol y salió más de lo permitido por la ley, no le convenía ya que descubrirían que era menor de edad y llamarían a sus padres.

Ambos nuevamente se empezaron a echar la culpa entre ellos por estar detrás de la cárcel a esas horas de la noche y solamente había una cama en dónde podrían dormir.

— En serio chicos, si tan mal se llevan, ¿Por qué iban a coger en ese parque? — dijo decepción un viejo policía del otro lado mientras se peinaba su canoso cabello — Los jóvenes de ahora parecen que hacen las cosas de forma impulsiva, y apuesto a que ninguno se ustedes tenía un condón.

Al oír eso, los dos enloquecieron por la cosa que dijo el oficial. Con solo recordar con más detenimiento en como estaban cuando los arrestaron, ambos se incomodaron al saber que en la pose en la que se gritaban era una pose para realizar el coito.

— ¡Degenerado!, ibas a violarme en ese lugar, mereces estar aquí estúpido.— exclamó la mujer en lo que sacudía sin parar al chico completamente sonrojada y furiosa.

— ¡Eso debería decir yo!, eres una pervertida abusadora de hombres — respondió el chico como contraataque a lo que ella le decía mientras piñizcaba y jaloneaba sus mejillas — ¡Aparte de ser una rata de laboratorio, también eres una violadora de hombres! ¡Estás enferma!

A si fue durante las próximas ocho horas dentro de las rejas que tuvo un resultado muy inesperado para todos los que estuvieron ahí.

Fuera de las rejas estaba un decepcionado oficial que no les daba la cara, el hombre con el cual el chico había hecho un trató que estaba tomando algunas fotos y algunas personas de la fiesta entre ellos los demás participantes de la apuesta incluyendo al jefe de ella quien estaba sorprendido con lo que estaba viendo.

— Tres horas, fueron tres horas el tiempo que estuvieron salvajes desde que el alcohol los dominó — hablo el oficial mirando al suelo por la pena que sentía por los jóvenes.

El hombre mientras que recibía la maleta de dinero de los perdedores, no pudo evitar opinar sobre el tema al respecto.

— ¡Bien hecho muchacho!

Tras las rejas, ninguno de los dos entendía lo que estaba pasando y lo poco que recordaban es que por la ira que tenían del otro, se pusieron a beber hasta que perdieron el conocimiento y aprovechando que otro guardia les compraba los tragos a cambio de una pequeña comisión.

Los dos estaban recostados sobre la única cama siendo que la mujer estaba sobre el chico tapados la parte inferior por una sábana y habiendo un poco de sangre con un líquido blanco en el colchón.

— Lo vuelvo a repetir si no se acuerdan, fueron tres horas que lo hicieron desde que llegué y no paraban de gritas incluso desde el otro de la comisaría.

Efectivamente. Los dos habían hecho 「eso」 en ese lugar durante mucho tiempo después de quedar completamente ebrios.

Poco tiempo después descubrirían que el chico era menor de edad y que aún seguía en la escuela secundaria, y unos meses posteriores a ese día, la mujer empezaría a sentir los síntomas del embarazo quien había tomado la decisión de criar a su hijo sola para no perjudicar al chico quién era padre del bebé que estaba esperando.

Pero las noticias se difundieron mucho hasta llegar a los oídos de él, quien en lugar de asustarle la noticia que sería papá en unos meses, lo afrontó con madurez diciéndose para si mismo que no lo descuidaría de la misma forma que lo hicieron sus padres con él quienes no les importo en lo más mínimo la llegará de su nieto.

Aunque en un principio ambos tenían diferentes ideas sobre cómo debían ser las cosas y la forma en que se deberían de dar las cosas, terminaron en un acuerdo de que lo criarían juntos por el bien de su hijo que venía en camino.

Así tiempo después sería el nacimiento de Ageru, que por él, sus padres se habían comenzado a conocer más a tal punto de enamorarse uno del otro ayudándose mutuamente en los problemas que tenían. En el momento que el chico obtuvo la mayoría de edad, hicieron unos votos para casarse de forma civil y empezaron a vivir juntos.

Por el trabajo que tenía ella, era suficiente para tener una vida algo cómoda, pero no querían que viviera su hijo. Por eso, años después el chico había conseguido un buen trabajo aprovechando que tenía contactos y terminando su carrera de estudio en tiempo récord, le fue muy sencillo obtener un empleo bien pagado y darles una mejor situación económica a su familia.

Habían conseguido comprar una casa en una urbanización que ellos consideraban segura en lo que iba creciendo su hijo. Al cabo de unos años terminaron teniendo su segundo hijo, Yami, quien había tenido complicaciones al momento de nacer al punto de que podría haber nacido muerto.

Aunque Yami nació con daltonismo y tenía algunas neuronas dañadas, era un bebé muy sano y listo que aprendía las cosas con suma facilidad teniendo muchos cuidados por sus padres. Pero el lado negativo era que después de su nacimiento, los médicos dijeron que ella ya no podría tener más hijos, de lo contrario ambos morirían en el embarazo o al momento del parto.

Ageru terminado de recordar toda la historia de sus padres solo pensó que su madre estaba más ocupada desde que se volvió en la mano derecha del gerente de la empresa en la que trabajaba.

— Je, al menos se que mamá volverá en la noche para ir a comer.— dijo Ageru en voz baja mirando a su padre por el retrovisor de forma burlona e infantil.

Su padre al ver a su hijo de esa manera, solo suspiro y lo nombró para decirle una cosa.

— Lo siento hijo — dijo su padre con cansancio dando un suspiro para recuperar el aire — verás, el día de hoy tanto tu madre como yo llegaremos a casa muy tarde así que por esー

Ageru entendió claramente lo que padre le intentaba decir y con eso en mente le contestó sin importar que lo interrumpirá.

— No es justo papá — respondió Ageru con enojo dando un fuerte golpe en el techo del auto — he estado esperando por este día para salir con mis amigos y ahora me sales con esto, simplemente injusto papá.

Su padre se quedó callado priorizando no chocar con una pared u otro auto mientras mantenía la calma con su hijo.

Pasando unos segundos y al estar mejor situación su auto, explico la razón por la cual las cosas habían pasado.

Su madre tendría que trabajar más tiempo por la conversación con los inversionistas que tiene su empresa, y si se concretaba con éxito, ella en el próximo año sería la nueva gerente de la empresa. Por la parte de su padre, su oficina lo necesita más tiempo ese día por las cuentas, papeleos, archivos y una reunión de personal para conversar su nuevo puesto que tendría por su empeño que dio.

Por esa razón necesita la ayuda de Ageru para que ese día pueda hacerles el favor de ir a recoger a su hermano menor, y cuidarlo hasta que lleguen a casa. De ser posible también ayudarlo en sus tareas y estar muy atento de él, si gusta que traiga a su amigos y pidan lo que quieran comer que ellos pagarán.

— Solo por esta vez te lo pido, Ageru — agrego su padre sin dejar de mirar al frente.

Yami por su parte, se sentía confundido por que lo estaban hablando, pero al entender que su hermano mayor lo estaría cuidando ese día, giro para mirarlo y junto con una sonrisa inocente expresó su felicidad y gratitud.

— Papá, siempre haces eso al igual que mamá — dijo un frustrado Ageru con mucho fastidio — cada vez que quiero hacer algo, siempre salen con algo que me perjudica.

Su padre entendía lo que sentía su hijo ya que el también su edad y las cosas que quiere hacer, pero por razones de las cueles no quiere que cualquier persona cuide de sus hijos pensaba que era la mejor opción.

— Si lo haces, te lo recompensará como la otra vez, pero has tu pedido antes — hablo su padre que con una mano acariciaba la cabeza de Yami quien respondía como si fuera un pequeño minino.

Este solo acepto con un pequeño berrinche mientras que miraba a su pequeño hermano menor con un fuerte brillo en los ojos emocionado ya que él iría a recogerlo.

Parte 5

Ya era hora de salida y era hora de regresar a casa. Unos alumnos seguían en el salón animando a otro que estaba sentado alistando sus cosas, eran los mejores amigos de Ageru quienes ya sabían que sus planes de ese día habían cambiado, pero de todas formas querían pasar el tiempo con su amigo.

No les molestaba acompañarlo en cuidar a su hermano menor ya que en otras ocasiones lo habían hecho, pero de todas formas no importaba mucho ya que también se sentían a gusto con estar con su hermano menor.

Ageru simplemente rechazo la oferta de ellos y con una sonrisa algo forzada dijo que estaría bien y que se divirtieran sin él, algo que ellos entendieron que no quería arruinar su noche por sus deberes.

Sin más que decir, sus tres amigos se fueron desanimados de ahí deseándole que tenga suerte ese día con Yami.

En el momento en el que todos cruzaron la puerta, este dejo de fingir y con desánimo termino de alistar sus cosas en lo que pensaba que iba a cocinar o pedir para él y su hermano.

— Sobrepones a ellos antes que tú felicidad

Ageru en el momento que escucho esa voz, reconoció a la perfección de quién se trataba sabiendo que era una de sus compañeras de clases.

— Mm… ¿que sucede Lucy? — dijo Ageru sin mostrar ningún sentimiento mientras seguía alistando sus cosas.

Según lo que sabe de ella, es una chica unos meses mayor a él siendo su nombre y apellido paterno, Lucy Mirai, la cual no estaba cerca de ser el top de chicas lindas de su escuela, ni siquiera de su salón, pero se mantenía en una posición media. Era lista y algo simpática, siendo una de las pocas mujeres con más cuales se llevaba bien por así decirlo.

Su aspecto parecía el genérico estereotipo de una nerd con sus lentes y dos trenzas que tenía en su cabello oscuro y ojos pardo. Llevaba puesto una casaca rozada opaca dejando ver un poco la blusa blanca que tenía debajo resaltando sus pechos que tenían el tamaño decente para su edad, una falda negra que llegaba hasta sus rodillas, unos zapatos femeninos oscuros y unas pedías negras que estaban a la altura de sus rodillas también.

Terminando de alistar su mochila, paso por su costado mirándola algo feliz, tomo su mano y ejerciendo algo de fuerza, salió del salón junto con ella para que no se quede ella sola.

— ¿Y como te fue el día, Lucy? ¿Bien, mal o siquiera conseguiste el libro que tanto querías? — hablo Ageru de forma animada mientras que de su bolsillo del pantalón sacaba un pequeño libro — Escuché que habías perdido este libro, así que compre otro para ti.

Lucy al ver el buen gesto de Ageru, abrió ampliamente sus ojos y acepto el obsequio con mucha alegría agradeciéndole cálidamente tomando el libro con ambas manos.

— Fufufu, así que sabías sobre esa noticia ¿no? — dijo Lucy en lo que guardaba el pequeño libro en su mochila — como agradecimiento te acompañaré a recoger a tú hermano para qué no te sientas solo mientras vas.

Lucy parecía que aparentemente escucho la noticia sobre que Ageru tendría que ir a recoger a su hermano, aunque no era la primera vez que lo acompañaba, parecía que este se sentía algo incómodo con ese hecho.

Yami le tenía un gran cariño a Lucy ya que ella era muy atenta y amable con él cada vez que iba a recogerlo junto a su hermano mayor, llegando al punto de creer que era la novia de Ageru. Con solo recordar lo que su hermano menor pensaba cada vez que la llevaba, provocó que se sonroje un poco al pensar esa posibilidad.

— ¿Qué pasa Ageru?, has estado algo callado en estos minutos — dijo Lucy que miraba de forma curiosa al chico que hizo que se espantará un poco del susto.

Solo sonrió un poco con la inocente reacción que tuvo él y sin más, continúo caminado esta vez delante suyo dándole la espalda a Ageru. Este solo agachó la cabeza de la vergüenza como si estuviera buscando un hueco para esconderse.

— Oye dime una cosa, ¿Que sientes por mi, Ageru? — dijo Lucy sin mirar para atrás.

— ¿Eh?, A qué viene esa pregunta, sabes que veo como una ami… — respondió Ageru deteniéndose por un momento para ponerse a pensar un lo que ella trataba de decir.

Viéndola detenidamente era más que obvio que era una indirecta que estaba interesado en él según todas las comedias románticas que había leído, eso quería decir que Lucy quiere que lea entre líneas y sea quien tome la iniciativa.

Aunque ella no era la más atractiva, si que era una buena persona en comparación de las demás mujeres que conoció en su colegio. Tenían una buena relación y eran muy compatibles por la química que tenían, tal vez está era la oportunidad de conseguir su primera novia y viendo que se trata a de ella, era más que seguro que tendría una buena primera experiencia.

Solo debía tener en mente en no arruinarlo, no ser como esos princesos que siempre criticaba en las comedias románticas de temática harem, ¿harem?, acaso este era el inicio de su vida como protagonista de una comedia romántica.

Con un pequeño golpe en su frente por parte de una pequeña bola de papel que Lucy le aventó, regreso a su realidad y viendo cómo ella le despertó de su sueño, dio su pensada y planificada respuesta.

— Oye si cogemos esos nos volvería novios ¿no? — dijo un sonriente e inconsciente Ageru quien no se daba cuenta lo que acababa de decir.

Al cabo de unos segundos se dio cuento de la tremenda estupidez que dijo dando a entender lo urgido que estaba al decirle eso a una mujer.

Sentía como si él mismo se hubiera apuñalado a si mismo por pensar con la cabeza de abajo en lugar de la cabeza de arriba como si no hubiera aprendido con lo que le pasó a ese chico que perdió la cabeza.

Ageru sentía como se le caía el rostro de la vergüenza al priorizar sus sentimientos de ponerla, antes de los sentimientos de ella para verla como un simple objeto para satisfacerse a si mismo. No sentía el valor necesario para verla a los ojos, y como lo hacen unos míticos guerreros, salió corriendo del lugar antes de que está respondiera a su inmadurez y lo tildara de urgido prepuberto.

Corrió como loco sin descanso hasta llegar al colegio de Yami quien lo esperaba en la puerta junto a su maestra, el hermano menor al ver a su hermano mayor llegando algo cansado y sudando le pregunto a su maestra el porque estaba de esa forma.

La maestra al ver al joven en ese estado, solo se limito a pensar que tal vez huyó de alguien ya que naturalmente cuando viene caminando es porque alguien lo acompaña como sus amigos o la chica que de vez en cuando llegaba con él. Al ver cómo el chico se quedaba sin aliento por todo lo que transpiraba, le regaño por no tomar un bus en lugar de venir a toda prisa.

No tardó mucho para que terminarán de llamarle la atención y pueda irse con su hermano menor, pero antes de pudieran llegar a la siguiente calle, algo llamo la atención de ambos hermanos.

— La respuesta es un sí, y a la vez no — dijo una cansada Lucy quien estando agitada, se mantuvo serena y tranquila en lo que sudaba un poco.

Yami al verla, se llenó de alegría y se lanzó hacia ella para ser atrapado por Lucy quien de forma dulce lo cargo y llevo en dónde estaba su hermano mayor sin palabras al verla.

No sabía que contestar y como lo veía en estos momentos, por lo que dijo podía creer que era solo hacerlo porque sí como amigos con derechos, o hacerlo porque ambos estaban enamorados uno del otro según la series que solía ver.

Antes de que al menos reaccionará, Yami tomo su mano mirándolo con duda en la que la otra mano era sostenida por Lucy quien también lo miraba con algo de preocupación.

— ¿H-hermano… estás bien? — dijo Yami solo sin casi tartamudear en el proceso.

El niño aparentemente parecía que había pensado mucho en decir eso dejando a los dos adolescentes casi sin palabras por lo que acababa de lograr. Lucy por su parte lo felicito mucho, por en cambio, su hermano mayor de una forma casi desinteresada le dijo que lo hacía bien mostrando algo de felicidad en su rostro.

Yami como recompensa quería que su hermano mayor lo cargará en sus hombros que en un principio Ageru se negaba en hacerlo por el peso que tenía, terminando cediendo ante su insistencia y al ser mirado por Lucy quien esperaba que cumpliera ese capricho del niño.

Mientras lo cargaba en camino a casa siendo acompañado por su compañera de clases, este solo fingía que no pesaba tanto cuando por dentro se estaba muriendo por ganas de descansar y echarse en su cama por el dolor que sentía en la espalda.

Ageru aunque estaba sufriendo por así decirlo por su pequeño hermano, se dio cuenta de una cosa e hizo una oferta para ella.

— Lucy ya que nos estás acompañando a casa ¿no te gustaría quedarte a cenar? — propuso Ageru con algo de interés para que se notará que quería que eso pasará, siendo apoyado por su Yami, quien quiera probar los platos de comida que ella sabia preparar.

Ella ya estaba al tanto que los padres de ellos no estarían en casa, y sabiendo que sus padres no se negarían a qué saliera a comer con sus amigos. Acepto esa propuesta luego de avisar que llegaría algo tarde.

Yami celebro que aceptará casi cayéndose de los hombres de su Ageru quien lo sujeto con fuerza para que no cayera contra en pavimento, siendo posteriormente bajado de sus hombros para evitar que se repitiera algo así. Ageru en su mente festejaba ese hecho ya que de seguir así, posiblemente se hubiera caído ya que no podía aguantar unos minutos más con su hermano sobre él.

Lucy acercándose al oído del mayor de los hermanos, le susurro que había hecho un buen trabajo y que lo iba a recompensar más adelante con un masaje cuando lleguen a su casa. Este solo se mostró algo contento por ese hecho para que la mirara directo a los ojos cuando aún le estaba susurrando, provocando que sin querer sus labios chocarán contra los suyos dándose un beso.

El beso que se dieron sin querer los adolescentes hizo que Ageru se alejará lo más rápido posible y se resintiera consigo mismo al ser este su primer beso, y ni siquiera este lo pensaba en primer lugar siendo únicamente un accidente para que se diera.

— Carajo la bese, fue mi primer beso y ni siquiera lo pude disfrutar como se debía — dijo un atemorizado Ageru que no paraba de templar por la mala primera experiencia que tuvo, creyendo que posiblemente Lucy este con un mal sabor se boca ya que este no se había lavado la boca desde que salió de casa.

En su momento bajo que tuvo, su hermano menor Yami, le tomo del hombro y con algo de duda le pregunté si ya eran los dos novios con dificultades al hablar. Su hermano mayor solo se quedó con más en pánico por qué aún no lo eran ahora que hizo eso, posiblemente sea el final de la buena amistad y la oportunidad de conseguir una novia por un descuido.

Tanto lo pensó que se olvidó que estaba en la calle y que todos los estaban mirando como si le hubieran terminado por como estaba, pensado que Lucy fue la que lo termino y dejo en ese estado por dejarle el corazón roto.

Al notar como toda la presión se estaba poniéndose sobre ella, Lucy sin titubear un segundo, aparto un poco a Yami de Ageru para que les diera un poco de espacio y cuando ya no estaba donde ellos dos, tomo su cabeza para voltear la en dirección a ella para darle un apasionado beso dejando al mayor de los Are sin palabras.

El chico sin mucho que hacer, le siguió e intento dar su mejor esfuerzo para darle el mejor beso que podía dar un tipo sin experiencia. Ambos luego de un rato se separaron sus rostros unos centímetros y quedándose un momento en silencio, se quedaron viendo hasta que uno hiciera el primer movimiento.

— Entonces ya somos novios — dijo Lucy con una sonrisa cálida mientras que acariciaba la mejilla de Ageru como si fuera un niño.

Este solo se río un poco y con una sonrisa verdadera confirmo lo dicho por ella ayudándola a ponerse de pie, para después irse de ahí junto con Yami.

Había pasado unos minutos y ya estaban fuera de casa de los hermanos, el mayor de ellos tenía las intenciones de presentarles a sus padres apropiadamente a Lucy como su novia, pero para ello, ella debía quedarse a dormir haciendo que sus padres no quieran que haga eso.

Lo pensaba mucho, pero ante sus duda, Lucy tomo su mano para darle algo de confianza y decirle que se tomará su tiempo para pensar mejor las cosas.

Él acepto lo que dijo y poniendo su llave en la ranura de la puerta de su casa, empezó a abrirla. Pero en el momento que iba a girarla para quitarle los cerrojos, se escuchó el sonido de unas llantas girando a toda velocidad desde la esquina de la calle donde vivía.

Era algo muy inusual que eso pasara ya que vive en un lugar muy tranquilo y la mayoría odian el exceso de ruido, por lo que podía decir que esa camioneta negra polarizada no era de sus vecinos.

Se distrajo por unos momentos al ver cómo esa camioneta venía a toda velocidad dónde ellos que se quedó casi congelado, Lucy a diferencia de este, reaccionó y sabía lo que posiblemente podía pasar. Moviéndose lo más rápido posible, le dijo a Ageru que abriera la puerta lo más antes porque esto podía tratarse de un secuestro siendo posibles víctimas su hermano menor y él.

Teniendo eso en mente, movió lo más preciso y rápido su muñeca para abrir la puerta mientras intentaba reprimir sus nervios para no perder ni un solo segundo valioso por que no quería que tanto Yami como Lucy sufrieran algún daño por un solo error suyo.

Teniendo una fuerte presión en sus manos, hizo lo más rápido que pudo mientras que la camioneta se aproximaba más al hogar de los hermanos. Lucy trataba de calmar a Yami por lo asustado que estaba al entender lo que estaba por pasar, mientras que su hermano mayor estaba quitando el último cerrojo, teniendo como movimiento final el abrir la puerta.

— ¡Ya lo tengo! — dijo Ageru con valentía para ocultar el miedo y nervio que tenía dentro, y dando un último giro a la llave logro abrir la puerta — ¡ustedes van primero! — Grito lo más que pudo el adolescente en lo que usaba toda su fuerza para meter a Lucy y Yami dentro de su casa mirando como de la camioneta negra salían cuatro hombre con pasamontañas.

Al lograr poner a los dos detrás de la puerta, le dijo a Lucy con desesperación que llevará a Yami a un lugar en donde puedan esconderse y estar seguro. Al instante que lo dijo, intento también pasar del otro lado de la puerta y en el momento que iba a cerrarla con toda la fuerza que tenía, una bota negra se puso en la parte baja de la puerta y de un solo empujón provocó que Ageru saliera disparado contra la pared impactando con violencia.

Ya esos sujetos estaban dentro de la casa y sin tomarle importancia al chico, corrieron en donde estaban Lucy y Yami tres de ellos, mientras que el que logro evitar cerrar la puerta se quedó en donde estaba Ageru y con fuerte agarré de cuello empezó ahogarlo para que se quedara sin oxígeno y se desmayará.

— No lo hagas difícil y coopera — dijo el intruso en lo que ahorcaba al chico con ambas manos y lo levantaba en el aire — prometemos no hacerles nada si es que no te resiste.

En lo que lo decía, el chico vio como los tres sujetos lograron atrapar a Lucy y Yami quienes lo sujetaron y trasladaban en dirección a la sala. Ageru al ver cómo eso pasaba, con el poco oxígeno que le quedaba, hizo un puño con su mano y con la fuerza que le quedaba, pudo tirarle un puñetazo en el rostro a ese hombre para posteriormente impulsarse y darle una fuerte patada en el pecho con sus dos pies logrando liberarse del agarré.

Tosiendo con desenfreno para recuperar el respiro por la falta de aire que tenía, con tambaleos corrió lo más deprisa que se permitía para ver lo que estaba pasando en la sala sabiendo que había la gran posibilidad que sea golpeado por todos ellos al momento que lo vean.

Tomando ese riesgo pudo llegar a su entrada sin un plan en mente. Lo que vio lo dejo sorprendido y asustado por lo que uno de ellos estaba haciendo a Yami y Lucy que lo dejo paralizado por unos segundos.

Ese tipo estaba tocando la frente de ambos con la palma de sus manos que emanaba un resplandor en gris que se iba volviendo en blanco, al mismo tiempo recitaba unas palabras extremadamente rápido que parecía que estaba hablando otro idioma que no era el español.

— No sabía que los niños de ahora sabían pelear

Era la voz del tipo de hace un momento el que se escuchó e hizo que el chico se sintiera abrumado y aterrado que no sabía cómo actuar.

— Te daré una probada de lo que soy capaz — dijo el hombre que apareció repentinamente sobre la cabeza de Ageru como si hubiera trepado el techo.

El chico se quedó sin palabras y su fuerza lo había abandonado por completo que no se movía por el miedo.

De un poderoso golpe, ese hombre tumbó al chico contra el suelo provocando que chocará y rebotará dos veces hasta que quedó inconsciente por la fuerza abrumadora que recibió.

Antes de cerrar los ojos por completo vio una última imagen. Era como el color blanco del resplandor se teñía nuevamente a uno gris y ese hombre terminaba de hablar dejándolos a ambos durmiendo en el suelo.

— Bien, con esto ya no sufrirán la perdida — dijo el hombre que posterior a eso, se acercó en donde estaba Ageru y lo cargo sobre sus hombros como si fuera un costal — muy pronto a nadie le afectará que vayas a dejar de existir.

Terminando eso, como si no hubiera pasado nada, salieron de la casa con mucha tranquilidad y metieron al chico dentro de la camioneta, y así como llegaron, se fueron de esa calle con el chico estando inconsciente.

 

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