Un asesino sin emociones ¿Es perfecto? - Capitulo 2. El hombre que quiere un cambio
Una melodía aguda y sinérgica paseaba por los oídos de quienes estaban en el salón
-Kin, aprovechando la ocasión te daré una noticia-
Me habla, pero mira hacia la pista de baile, yo actuó igual
– ¿Qué sucede? –
-Te inscribí en la academia real del reino-
– ¿Con que propósito? –
-Jajaj como siempre tan tranquilo, seguramente eres consciente de mi objetivo-
-Así es-
-Bien, ahora para cumplir dicho objetivo necesito mucha gente de confianza, sin embargo, no soy capaz de conseguirla por mi cuenta los otros nobles se enterarían de inmediato-
-Entiendo-
-Fue un gran problema hacerte mi protegido ahora si lo intentara con más personas no sé qué tendría que hacer por eso tú lo harás-
-Quiere que en la academia reclute aliados de confianza-
-Como lo acabas de decir en una semana comenzaras a vivir en los dormitorios de la academia… Oh lo olvidaba, Katia también ira te pido que la cuides-
-Si usted lo ordena lo hare-
-Solo es una expresión céntrate en reclutar personas útiles-
-Útiles y de confianza entendido-
Hubo un breve momento de silencio
-Dime que piensas sobre Katia-
-No me interesa-
-Háblame de ella como si fuera una persona que tengas que analizar-
-No tiene talento, ni fuerza o destreza para la espada, carece de confianza, es reservada con las personas como resultado tampoco posee carisma a pesar de su belleza, no representa ningún problema, pero tampoco alguna utilidad-
-Vaya eres muy descarado para decir tanto sobre la hija de alguien frente al padre-
-Usted me lo pidió-
-Ya lo sé, solo era una broma. Dime crees que sea capaz de convertirse en caballero sagrado o al menos en caballero-
-Con disciplina, entrenamiento y un guía cualquiera puede convertirse en alguien genial-
Cuando termine de hablar Raphael volteo rápidamente en mi dirección como si algo estuviera fuera de lugar
– ¿Genial? Fue lo que dijiste-
-Así es ¿Hay algún problema? –
-No, para nada, solo que es inusual oírte decir ese tipo de palabras, por un momento sentí que eras un chico normal-
-Ya veo-
-Y esa palabra donde la escuchaste-
-Mi maestro me la dijo una vez-
-Ahora entiendo, así que crees que ella pueda lograrlo-
-Todo depende de ella-
-Sí, es cierto, tienes razón-
-Oye, de verdad era necesario traer esa ropa, realmente pareces todo un asesino-
-Prefiero cubrir mi rostro con la capucha y en el abrigo puedo esconder armas en caso de un ataque-
-Ya veo está bien-
Vimos a las parejas bailar hasta que llegó la hora de retirarse, como siempre me fui al lado del conductor, esto debido a las quejas de Marie