De psicologa a madre - Capitulo 2: Primer Día
—Nía…
Primer día de nuestra protagónica siendo una madre soltera y de una niña ya algo grande, la cosas están precisamente a su favor de hecho se podría decir que tiene todo en contra ya que pese a ser psicóloga infantil eso no quiere decir que sepa como criar a un infante.
— ¿Ariana? ¿Qué pasa mi amor?
Abre sus ojos encontrando a su hijastra mirándola de frente con preocupación e inocencia.
—Debo ir a la escuela…
— ¡Mierda!
Con rapidez se incorpora arreglándose con lo primero que tiene al alcance, por primera vez en mucho tiempo no se preocupa por como luce.
«Tengo que ajustar mi horario»
Siempre ha vivido sola hasta ayer y ahora tiene más responsabilidades: Hacer su comida, ver por su salud, su educación. Etc… No estoy preparada mentalmente para un cambio tan repentino…
— ¿Dónde estudias? — Pregunta mientras ambas salen de casa rumbo a la parada del autobús.
—Está cerca de tu consultorio… Aunque no se la dirección.
Para Ariana este cambio también es muy brusco. Aunque un punto a favor de las dos es que Nía es muy inteligente y es capaz de idear un plan el cual consiste en seguir la ruta cotidiana de la psicóloga para después buscar una escuela que le resulte familiar a su hija.
« Pan comido… Pan comido » Piensa subiendo al autobús para iniciar el viaje.
Esta vez el camino se siente diferente, Nía acostumbra a viajar sola inmersa en sus pensamientos pero ahora debe hacerlo con una menor para llevarla a la escuela, un hecho que se volverá rutina de ahora en adelante.
—Tengo hambre…
« ¡Olvide su desayuno! »
Empieza a hiperventilarse mientras el pánico y la preocupación se apoderan de ella.
—Iremos a la cafetería de ayer, descuida. —Comenta con una sonrisa intentando transmitir calma para su nueva hija… Y para ella misma. —Mamá siempre me cantaba camino a la escuela… Perdón…
—Había una vez una hermosa niña, ella era especial su nombre era Zafiro…
El canto no es una de las cualidades de Nía pero su memoria le vale lo suficiente para recordar una historia que su madre le contaba cuando estaban de paseo por Japón.
— ¿Zafiro podía hablar con los animales?
—Seguro que si. — Parece que funciona. —Disculpe señorita ¿Me permite sentarme? — Nía se recorre con cuidado para permitir que una anciana que acaba de subir se siente a su lado para después seguir con el relato.
—Que tenga buen día. — Al fin llegan a su destino por lo que después de despedirse de forma educada ambas se disponen a bajar del autobús pero son detenidas por la anciana que toma las manos de la de pelo negro.
—Usaste mi historia para calmarla… Yo te concedo perdón…
La mujer solo sonríe amable intentando hacerse de la vista gorda ya que a los ojos de la mujer esta anciana tiene un problema mental… Nada más lejos de la realidad pero esa historia no es la que nos concierne. Con cuidado ambas bajan al subterráneo, un lugar que nunca había representado un problema para la pelinegra hasta ahora que por algún motivo esta lo empieza a considerar un lugar peligroso e incómodo; muestra de que está despertando su instinto materno.
Al fin logran llegar al consultorio.
—Bien, YIYI busca escuelas cercanas. — El sistema del móvil hace su trabajo encontrando más de 6 escuelas a la redonda algo que no es nada fuera de lo común por lo que Nía le da el teléfono a Ariana quien no tarda en encontrar la escuela a la que asiste ganándose un beso en la frente de su nueva madre.
— ¡Es…Espere! — Cuando ambas se disponían a irse a la escuela son detenidas por una voz femenina bastante cansada la cual llama su atención descubriendo a una mujer de pelo azul con lentes que lucha por alcanzarlas. — Se…Señorita… Nía…
— ¿Nos conocemos?
Nía asiste la mujer ayudándola a recuperar el aliento.
—Mucho gusto me llamo: Erika, soy la directora del orfanato brillo del sol.
Orfanato, la única palabra que Nía no quería escuchar en todo el día. — Me dijeron que podría quedarme con la niña…
—Y así es, solo estoy aquí para hacer su evaluación social para determinar si es una candidata adecuada para la adopción ¿Tiene unos minutos?
Nía toma la mano de Ariana y se da la media vuelta. — Tenemos prisa. — Eso no es bien recibido por la directora quien con un rápido movimiento toma a la psicóloga por el brazo derribándola con un rápido movimiento de yudo.
—Creo que no me exprese bien. — El tono de Erika se vuelve frio y serio. — Quise decir: Tiene uno minutos ¿Verdad señorita Nía?
Con eso todo ha quedado dicho, Erika ayuda a que la pelinegra se incorpore y la lleva dentro de su consultorio demostrando que ella es la que manda realmente en este momento.
Una vez dentro la peliazul le explica unas 3 reglas muy sencillas.
»Sera breve: Si la niña tiene el mas mínimo rasguño estas fuera, si la niña no come 3 veces al día estas fuera, si la niña no tiene un hogar digno estas fuera ¿Dudas?
Nía traga saliva apretando la mano de Ariana, su carrera y su vida en general nunca han sido fáciles pero esta es la primera vez en mucho pero mucho tiempo que siente un gran miedo en su cuerpo.
—Ariana ¿Qué desayunaste?
« ¡La puta cafetería! »
Nía y Ariana tienen el mismo pensamiento ya que al ambas estar sumergidas en su propio mundo olvidaron ir a la cafetería por algo de comer.
—Mi… Mi mami me hizo panqueques. — Nía sonríe con alegría mientras aprieta la mano de su madrastra haciendo que esta se sonroje para que después ambas crucen miradas por unos instantes que Ari ocupa para guiñar el ojo.
Eso es suficiente para calmar a la bestia que tienen enfrente, minutos después Nía firma unos papeles y Erika se va despidiéndose de manera educada.
—Vamos por unas hamburguesas.
Nía abraza a Ariana con una sonrisa dándole un beso en la frente. — Pero ¿Y la escuela?
—No seas aguafiestas hija, tienes 13 años ya no eres una niña además te lo ganaste.
Nía juega con la nariz de Ari haciéndola reír para así las dos seguir con su día.